DE PALMA A ROMA EN PIRAGUA
Una aventura para no olvidar.
1950 fue el 24º Año Santo. Por este motivo 18 estudiantes del SEU de Madrid, decidieron ganarse el Jubileo haciendo el recorrido de Palma de Mallorca a Roma en piragua, en varias etapas. Acompañados, lógicamente, por un barco de avituallamiento; en total 577 millas náuticas (unos 1.070 Km) atravesando prácticamente todo el Mediterráneo Occidental de Oeste a Este. Un reto deportivo sin precedentes para aquella época, incluso aún para la nuestra... una auténtica locura, cargada de encantos, con sabor a sal.
Para tal aventura, uno de los responsables de la expedición y uno de los artífices de la idea, el capitán Jesús Luque Recio, junto con Virgilio Hernández Rivadulla y Hernando Calleja, decidieron utilizar tres piraguas de cuatro plazas cada una, hechas de madera de contrachapado marino y forradas exteriormente de lona impermeabilizada para evitar posibles filtraciones. En el diseño de estas embarcaciones intervino el joven arquitecto José Sans Gironella (Pepín) -mi padre- muy aficionado a la navegación a vela quien, según contaba, se apoyó para proyectar estas canoas en la experiencia y consejos de unos carpinteros de rivera (Perquines), amigos suyos, que tenían un astillero de barcos de pesca en la población cántabra de Laredo, donde Pepín pasaba sus veranos navegando en el Snipe de su cuñado.
Finalmente, la construcción de las piraguas se realizó en uno de los talleres del Ejercito del Aire cedido por el Teniente General Eduardo González-Gallarza (entonces ministro del aire y entusiasmado por la aventura), lo que sin duda permitió que su producción se apoyase en unas tecnologías claramente fiables para los tiempos que corrían. Pepín, a menudo mencionaba que, de alguna manera, aquellas piraguas recordaban en su resolución constructiva y diseño funcional al ala de avión. Que además, recuerdo comentaba, navegaban muy bien y eran muy "marineras.
Palma de Mallorca
Roma
MAR MEDITERRÁNEO
MAR TIRRENO
Islas Baleares
Córcega
Cerdeña
ITALIA
El siete de agosto de 1950, a primeras horas de la mañana, y después de visitar al Rector de la Universidad madrileña y al Alcalde de Madrid, quienes entregaron sendos mensajes para el Alcalde y Rector de la ciudad de Roma, comenzó la aventura.
En la despedida pasan por la Parroquia de Jesús de Medinaceli, donde escuchan acompañados de familiares, amigos y periodistas, la Santa Misa que celebra el Pater de la Peregrinación. A la puerta de la iglesia espera el autobús que los llevará hasta Valencia. Sobre la baca del autobús lucen ya sus perfiladas líneas las tres piraguas de la aventura. Las piraguas fueron bautizadas con los nombres de Virgen del Pilar (remeros: patrón - Luque, San José, Araujo y Ferrández), Virgen del Carmen (remeros: patrón - Piernaveja, Juanito, Vladimiro y Floro) y Virgen de Loreto (remeros: patrón - Calleja, Armenta, Celso y Nieto) más seis de reserva (Pepín, Samos, Cabezudo, Gosálvez, Mariano y San Juan) y un asesor religioso del SEU, el padre Félix Monedero.
Rodean el autobús - pañuelos al aire - los Mandos Nacionales de la Secretaria General del Movimiento, familiares y amigos. Y los gritos de los que estaban alrededor del autobús se unían a los de los estudiantes del SEU y a la estupefacta curiosidad de las gentes que transitaban cerca. A una señal de Jesús Luque, el autobús inicia su marcha camino de la carretera que los llevará a Valencia. Al cruzar las calles de Madrid, un gesto de estupor en las personas que contemplan su paso y saben del intento de la aventura, pero hay también una alegría en el aire que los empuja hacia Roma.
Al día siguiente, en Valencia, embarcan en el vapor correo a Palma de Mallorca. La travesía, es tranquila y con una estupenda temperatura.
El día 10 de agosto llegan a Palma de Mallorca. Después de unos días de preparativos, de algunas navegaciones previas por el puerto de Palma, posiblemente incluso por aguas de su bahía, todo está listos para empezar esta aventura, jamás repetida.
*Para seguir el recorrido y final acceder a “Etapas”.