DE PALMA A ROMA EN PIRAGUA

Una aventura para no olvidar.

Equipo piragüistas, Palma a Roma en piragua 1950

ETAPA 4.

Mahón - Porto Torres (Cerdeña, Italia).

 

Después de dos días de descanso, el 23 de agosto, a las 12 del medio día, empieza la travesía de Mahón a Porto Torres (Cerdeña), unas 200 millas. Los remeros están un poco nerviosos, aún acusan el esfuerzo y el susto de la última travesía desde Cala Ratjada y esta es casi cuatro veces mas larga.

A partir de aquí hasta la isla de la Magdalena (Cerdeña, Italia), el barco de avituallamiento será el destructor de la Armada Española el “Almirante Miranda”. El barco de la segunda serie Churruca, con sus 101 m de eslora, es capaz de alcanzar los 36 nudos. Durante muchos años, el destructor, estuvo destinado en el Puerto de Soller. Al mando del barco, esta el Capitán Don Luis Huerta de los Ríos.

La primera tarde transcurre sin grandes novedades. Hay fuerte marejada que aguantan los piragüistas con gran pericia. Al hacerse la noche se encienden las luces de situación de las piraguas y el destructor “Almirante Miranda” - el “MA” - lanza sus focos sobre el mar. Y la primera noche transcurre lentamente en medio del esfuerzo de unos hombres que reman sin parar. La velocidad media de las piraguas es de 2 a 3 nudos lo que obliga al destructor a no pasar de 25 o 30 revoluciones sus hélices.

Destructor “Almirante Miranda”

Destructor

“Almirante Miranda”

Oficiales y Jesús Luque “Almirante Miranda”

Oficiales y Jesús Luque

“Almirante Miranda”

Cocineros “Almirante Miranda”

Cocineros

“Almirante Miranda”

El destructor ayudaba a la frágiles piraguas marcando el rumbo, navegando a barlovento para crear zonas desventadas donde las canoas evolucionaban con más facilidad. Las noches eran muy difíciles de negociar. Se navegaba a ras de agua y expuestos constantemente al oleaje, al frío y a una humedad intensa, muy incómoda. Con una mínima visibilidad.

La mañana del día 24 de agosto transcurre sin novedades hasta que se oye el murmullo de un avión. A las 12 del mediodía comienza a evolucionar sobre las piraguas un hidroavión y al fin deja caer sobre la piragua “Virgen del Carmen”, el siguiente mensaje: ”El Coronel Galán en nombre de toda la Zona Aérea de Baleares, saluda cariñosamente con sus mejores votos por una feliz travesía a los audaces estudiantes del S.E.U. Arriba España. Viva Franco”.

Hidroavión Zona Baleares “Dornier 24” Piloto Comandante, Serra

Hidroavión Zona Baleares “Dornier 24”

Piloto Comandante, Serra

Destructor “MA” y piraguas a babor Foto hecha desde el hidroavión

Destructor “MA” y piraguas a babor

Foto hecha desde el hidroavión

Llevan ya 30 horas remando, sin dejarlo un momento, a no ser para reponer fuerzas con las bolsas de víveres que les mandan desde el “MA”. No es extraño, pues, que casi vencido este día, los peregrinos se sintieran cansados y muchos de ellos heridos, haciendo su aparición la sombra del quebranto físico de los remeros. Pero todo lo salvó, sin embargo, el gran espíritu de los tripulantes. Y si no, valga el siguiente ejemplo: cuando Hernando, patrón de la piragua “Virgen de Loreto”, se dio cuenta de que la travesía iba a ser mucho más larga y penosa de lo imaginado y que varios remeros tenían copiosas erupciones de granos y que algunas manos comenzaban a abrirse, propuso la formación de dos turnos de tres tripulantes por piragua (la falta de remeros de reserva obliga a reducir a tres el total por piragua e incluso a dos) y seis horas de descanso. Aprobada la propuesta el primer relevo fue izado a bordo del “Almirante Miranda”. Pero he aquí que alguno de los remeros con las manos destrozadas, la espalda cubierta de granos, se niegan en redondo a descansar, lo que obliga a la intervención del Pater para convencerlos. Al final se acepta con resignación y empieza la labor de los remeros suplentes. Y cambiado el relevo, se preparan para la segunda batalla nocturna.

 

El día 25 de agosto, mediada la mañana, se enteran de que el Comandante del destructor “Almirante Miranda”, festeja su fiesta onomástica. A medio día se para el barco para que suban a bordo un momento para felicitarle. Todo se hace en el momento del relevo de las tripulaciones. En la cubierta del “MA” están la totalidad de los peregrinos. Frente a ellos la entera y afable persona del entrañable Don Luis Huerta de los Ríos, rodeado de la oficialidad del barco que pausadamente, como en un rito, va estrechando sus manos y los remeros lo felicitan. Después, ante la sorpresa de los piragüistas, en recuerdo a la aventura, les impone una condecoración a cada uno. Una medalla de latón, en uno de cuyos lados se lee: Piragua Mahón-Cerdeña. Loco Nº1, 2, 3, etc (el número era asignado por el orden de embarque en el roll del barco, mi padre era el nº5). Y en el dorso, sobre la delineada figura del destructor, estas dos sílabas: Ma-Ma. Ellos dicen leer “Almirante Miranda”, los estudiantes MAMA, por el barco que les cuida y protege.

Cuando los nueve “locos” de turno vuelven a los remos, estalla un espontáneo aplauso de la oficialidad y marinería del destructor.

Condecoración del “MA”

Loco nº12 - Samos

Médico del “MA” Inyecciones de vitaminas y minerales

Médico del “MA”

Inyecciones de vitaminas

y minerales

Estiramientos musculares A la izquierda, “Pepín”

Estiramientos musculares

A la izquierda, “Pepín”

Llegando a Cerdeña Muchas bajas entre los remeros

Llegando a Cerdeña

Muchas bajas entre los remeros

Cuando los estudiantes eran subidos al destructor, en los cambios de turno, el médico de a bordo les hacía un examen físico: normalmente les tenía que poner inyecciones con un combinado de vitaminas y minerales para ayudarles a superar el cansancio. El sol fue otro problema serio.

Hay que puntualizar que los estudiantes del SEU eran buenos deportistas pero no todos profesionales y es mas, ¡algunos no sabían nadar!. O el caso de Calleja, inválido, le faltaba una pierna. Eran de otra pasta...que duda cabe. Piernavieja, Luque, Floro y alguno mas, si eran profesionales del deporte.

Para subir la moral de los estudiantes, se les animaba con el cariño ofrecido de toda la oficialidad y marinería del “Almirante Miranda”. La radio del comandante ofrecía programas de música por la megafonía del barco para que se escuchara desde las piraguas. También por megafonía, se escuchaba la misa que se celebraba el padre Félix Monedero todas las mañanas.

 

A medida que iban pasando las horas, el agotamiento y los problemas físicos iban mermando la salud de algunos de los piragüistas.

El día 25 son dados de baja los siguientes remeros:

Cabezudo, con un callo recalentado en la mano izquierda; Araujo, con rotura de fibras musculares en la espalda; Samos, con un furúnculo en el antebrazo derecho; Gosálvez, con agarrotamiento en las manos. Los demás también pasaron su crisis pero transitoria. A la llegada de Cerdeña estaban de baja 6 estudiantes según el parte médico del destructor. Hay fotografías donde se puede ver en las piraguas solo 2 remeros, no hay suficiente personal para el relevo.

 

¡Tierra a la vista! fue el ansiado grito del vigía encamado en la cofa. A las 16:59 del día 26 de agosto el perfil de la costa de Cerdeña ya era visible (Cabo Falcone), están a unas 40 millas de tierra, esto anima mucho a los piragüistas. Saben que les queda una noche para llegar a Porto Torre.

 

El día 27 de agosto, a las 9:00, las piraguas y el destructor se separan. El destructor no puede pasar por el estrecho de Fornelli, no hay suficiente calado para la nave. Mientras hace el rodeo a la Isla de Asinara, las piraguas hacen rumbo directo a Porto Torres.

A su llegada a Porto Torres, pequeño pueblo marinero, el recibimiento es nulo. No había nadie esperando e incluso la gente no se creía que venían desde España. El ambiente es frío. Los remeros vuelven al “MA” donde celebran con una comida la llegada a Cerdeña. Se brinda alegremente y más alegremente se canta. Y hay estrecha unión y camaradería entre marinos y peregrinos. Al finalizar la comida, Don Luis Huerta de los Ríos. Comandante del “MA”, les hace entrega del siguiente certificado: “Don Luis Huerta de los Ríos, Capitán de Fragata, Comandante del Destructor Español Almirante Miranda, certifico: Que el día 23 de agosto de 1950, a las doce horas, salió el buque de mi mando del puerto de Mahón (Menorca) convoyando a las piraguas “Virgen del Pilar”, “Virgen del Carmen” y “Virgen de Loreto”, alcanzando las costas de Cerdeña el día 27 del citado mes a las 13’30 horas, haciendo las piraguas el paso por el estrecho de Fornelli, Piana y Cerdeña y tocando tierra en Porto Torres, después de una navegación de 97’30 horas, en las que las piraguas navegaron exclusivamente a remo, manejadas por sus propias dotaciones, sin intervención extraña a las mismas de ninguna clase, salvo el avituallamiento desde este buque. Y para que conste, expido el presente certificado, en el mar a 27 de agosto de 1950. Firmado: Luis Huertas”.

Este día la preocupación es por Luis Cabezudo. Su mano está hinchada, deformada, llena de pus, les intranquiliza. El practicante del “MA” no se atreve a intervenir y todos están pendientes del médico de Porto Torres hacia el que va Cabezudo, febril, con barba larga, cubierto de mantas, despeinado y vacilante y rodeado de la curiosidad de los niños del pueblo. El médico, abre y aprieta la mano herida, sin más higiene que sus manos lavadas y sin más anestésico que una copa de coñac. Y Cabezudo, al que le duele más el no poder volver a los remos que el daño físico por la operación, aguanta el dolor.

Durante la noche del 27 al 28, mientras todos duermen en el “MA”, hay un fuerte temporal en el mar, y la piragua “Virgen del Pilar”, aborda a la piragua “Virgen de Loreto”, golpeándola por ocho partes. Esta es la sorpresa con la que se encuentran al amanecer del día 28. Se iza la piragua a bordo del destructor y su marinería con el Jefe de Maquinas al frente, reparan la piragua con cariño.

Recorrido 4ª Etapa Mahón - Porto Torres (Cerdeña)

Mahón

Porto Torres

CERDEÑA

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Recorrido 4ª Etapa

Mahón - Porto Torres (Cerdeña)

CERDEÑA

Porto Torres

Estrecho

de Fornelli

Recorrido

del "MA"

Recorrido

piraguas

Google ©.

Recorrido 4ª Etapa

Desvío del “MA” por falta de calado

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